miércoles, 21 de enero de 2009

La Cultural Freudiana

La apostasía Sociedad y Moral de la sociedad Americana se manifestó en la adopción de medidas sobre proteccionistas, prohibiendo la corrección o disciplina de los niños y adolescentes bajo directrices del ateismo científico de la psicología experimental freudiana, que a mi criterio, fue ella la precursora de la perversión social pedagógica infantil de esa nación, cual trajo a consecuencia una generación de adictos e indisciplinados con marcadas conductas perversas antisociales, que ha deshonrado no solo a los Americanos, sino, al mundo entero con profundas secuelas que se extienden hasta hoy día.
¿Qué padre de familia que ama a su hijo no lo disciplina por amor? Puesto que, el amor se manifiesta en reprensión, cual trae a consecuencia gratitud para con quien le instruye o corrige para su bien, sacándole así de su error.
Entiéndase que, corrección no ha de significar el maltrato o tortura del menor, sino, la justa reprensión inmediata a su falta.
Pero si es consentido el niño o adolescente en lo malo, sus padres en verdad no le ama, por lo cual, no habrá en el niño gratitud para con sus mayores, sino, un claro resentimiento antisocial contra quienes no le amaron o no le corrigieron a su debido tiempo para su propio bien.
Es decir: tal consentimiento acarrea una conducta antisocial, donde la perversión, es nada menos que, el fruto de una permisiva voluntad infundada o condicionada por una pedantería educativa en consecuencia con la conducta amoral antisocial de sus mayores o de sus tutores sociales, como autoridades institucionales subordinadas a una política demagógica indisciplinaría, cual ha, establecido en la voluntad del niño, la ausencia de un freno moral a su conducta.
Dicho en otros términos; el niño o adolescente perverso es un consentido sin limitaciones, que no hace caso a la conciencia moral como freno a sus impulsos o antojos voluntarios.
Si a estos rasgos perversos de conducta infantil se le añade un conocimiento que lo capacite en el uso de su sexualidad, aumentará aun más el riesgo de violaciones inimputables hechas por estos pequeños perversos o consentidos sociales, que pondrán en riesgo a infantes menores que estos, y aun, a adolescentes mayores que ellos, profundizando de ésta manera la crisis social, donde padres o adultos movidos por conductas de indignación y desenfreno emocional o demencial harán justicia por sus propias manos contra estos pequeños inimputables, y o contra las autoridades institucionales que instruyeron o instigaron a los menores en el ejercicio prematuro de su sexualidad, sin el consentimiento o la aprobación de sus padres o tutores legal.
Esta medida pedagógica prematura pone a la argentina a la puerta del filicidio y parricidio generacional, y es responsabilidad del poder ejecutivo como el judicial dar su veto a esta prematura medida inconstitucional.

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